20110211

A la deriva


Hoy siento un vacío extremo dentro de mí que creo ver también a mi alrededor. Se acerca el fin de semana, vamos, "para echar cohetes" ¿Y qué? Ojalá se acercara el fin de nuestra época, el fin de la decadencia que asola a nuestro mundo civilizado, o mi fin, que quizá soy yo la que distorsiona todo lo que ve... Pero no todo el mundo siente igual: El que está con la Play dale que te pego o con el móvil maquinilla de depiliar todo el día [....a no, aún no...] lo ve todo positivo, nunca negativo (que decía el cara ladrillo, sí Van Gaal, ese tío tan entrañable...), o mejor, no se plantea nada porque no piensa: pasa la vida (Teresa Campos...). No pensar: ese es el eje vertebrador de nuestra época. Pero hay quien tiene una intensa vida creativa, quien deja que su existencia fluya entre cerveza y cerveza, eso sí con unas papas bravas, que no sea dicho.... Mis más profundos respetos. Yo ni lo uno ni lo otro. Vivo instalada en un barco a la deriva que no encuentra un puerto donde atracar. Suerte de los libros, de la música (el jazz y el blues especialmente, pero no solo estos estilos) y del cine, porque de hombres... Oh el cine, mi tabla de salvación. Ahora tengo cuatro dvd de Luis Buñuel esperándome encima de la mesa del comedor. No sé si ver cine es perder el tiempo, diría que siempre se pierde el tiempo... Un amigo mío me comentaba que a él no le gustaba el cine, que él prefería ser el protagonista de sus películas. Pienso que la mediocridad de mi vida daría para un bodrio de filme. Así que prefiero ver los toros desde la barrera. Está todo más acabado, la vida no tiene guion.