20111011

De Lady Di a Steve Jobs


La estupidez humana no tiene límites. He de reconocer que me dejó patidifusa el revuelo creado en torno a la muerte de Steve Jobs, el magnate cofundador y presidente ejecutivo de Apple y máximo accionista de Disney. Un gran inventor y empresario que llenó el mundo de maquinillos muy bonitos, sí. Multitudes de personas le consideraban un Dios, ¿de qué?... el creador de bellas máquinas que, si nunca hubieran existido, el mundo quizá no estaría tan embobado y alienado. Lo de los dibujos animados de Pixar es brillante (empresa fundada por Steve Jobs en 1986), debo reconocerlo. Pero es puro fuego de artificio.

Vamos, que si los artilugios sacrosantos que inventó el extraordinario empresario (eso no debe olvidarse: solo quería enriquecerse, no era un artista de nada: el artista hace su obra sin pensar en el dinero que va a ganar; en fin, no sé si vale demasiado la pena perder el tiempo en decir una obviedad) el mundo funcionaría igual o mejor. Pero no, multitudes consideran sus creaciones (aparatitos) "obras de arte"... que hay un antes y después... Ja, ja, ja. Claro, hay gente que sin el Ipod, Ipad, etc., tal vez no podría vivir... 'La comida no importa'. Sin palabras.

El mundo ya no sabe a quién venerar: a Lady Di, al Papa de Roma, a Steve Jobs... 

Nunca he tenido un Apple; sí, los he visto y son unos maravillosos y estéticos aparatos, funcionales, eso nadie lo discute. ¿Y qué? Sin ellos el mundo funcionaba perfectamente. Son instrumentos superfluos, muy bonitos eso sí.

Nada, me voy a dar una ducha...

2 comentaris:

fallen apofis ha dit...

Totalmente de acuerdo, mucha gente es mitómana y necesita aferrarse a iconos.Ahora es Steve Jobs, mañana ...

Ercolander ha dit...

Las personas están perdidas y necesitan venerar objetos, personas célebres porque, con seguridad, no se aman a sí mismas.