Hoy he tenido una idea extraña. Desnuda me he dirigido al comedor, medio dormida. Tenía la botella de Sunny naranja dulce-california encima de la mesa del comedor. No estaba en la nevera. He tirado media botella encima de mis pechos. Qué manera más dulce de refrescarme. Me sentía guarra y deseable. Un cosquilleo indescriptible ha subido por todo mi cuerpo. Me encantaría que me lamieran un par de chicos, uno por delante, otro por detrás, he pensado en ese momento. Sentir sus calientes lenguas recorriendo todo mi cuerpo mojado y dulce. Mmmm. Lo más jodido es que tenía que vestirme para ir a trabajar. En fin, que estaba un poco cachonda, que le vamos a hacer.
Luego, de camino al trabajo, un chico en el metro no ha dejado de mirarme los pechos tras la blusa. Notaba que sus ojos me atravesaban. Qué placer me daba su mirada obsesiva hacia mis tetas. La verdad es que se las hubiera mostrada para hacerle feliz de no estar en el metro. No sé qué ardores me han entrado hoy, pero he llegado mojada como nunca al trabajo. Tenía unas ganas locas de entregarme y perderme en una orgía sin límites, y mejor con dos chicos. Otro día será.